¿Por qué un niño no lee? 6 malas estrategias y 6 soluciones
Error número 1: no darle los libros adecuados. En ocasiones nos empeñamos en dar al niño los libros que nos gustan a nosotros, porque de pequeños nos encantaron, porque al hijo del vecino le tiene cautivado, porque son los que están de moda… ¡No! Debemos dejar al niño que escoja sus propias lecturas, esos cuentos, libros o tebeos que son acordes a sus gustos.
Error número 2: no acercar los libros a los niños. Uno de los consejos de la filosofía Montessori en este sentido se basa en la idea de crear una biblioteca en la habitación del niño, no hace falta que sea una grande, basta con unas estanterías a su alcance donde poder tocar, jugar, sacar y tomar libros sin la necesidad de los padres. Crear un rincón de lectura donde se sienta cómodo y pueda disfrutar de él. En ocasiones, los niños no tienen esos libros a su alcance o, sencillamente, la oferta en casa es muy corta.
Error número 3: el libro no tiene que ser una obligación. Si asocian los cuentos a la hora de hacer deberes, si imponemos una hora de lectura o un mínimo de libros que han de leer, encontrarán que ello es una tarea más. ¡nada más lejos de la realidad! Los libros han de ser diversión, placer y fantasía, nada de deberes y obligaciones.
Error número 4: responde a esto: ¿lees en casa?, ¿tus hijos te ven con un libro entre las manos? Si estás pidiendo a tus hijos que lean porque es fantástico para ellos pero tu no sirves de ejemplo, difícilmente te harán caso. Debemos ser congruentes, si les pedimos que sean ávidos lectores, debemos al menos mostrar ejemplo nosotros.
Error número 5: asociar el tiempo libre y de ocio a momentos viendo la televisión o a jugar con la consola y la tablet. A los padres nos es mucho más cómodo a veces, encender ese botoncito que hace que los niños se queden hipnotizados viendo dibujos. La tablet además les atrae poderosamente y queda poco espacio para los arrinconados libros. Pongamos pues el mismo énfasis en la lectura que en las ganas de que el niño vea la televisión.
Error número 6: el exceso de deberes, tareas y extraescolares que tienen los niños llenan su tiempo de tal manera que no hay espacio para nada más. La sobrecarga de los niños es tan grande que casi no tienen tiempo para jugar, mucho menos para leer. Revisemos pues la agenda de nuestros hijos y descarguemos de obligaciones. Dejemos que tengan tiempo de jugar e incluso aburrirse, ello les llevará a buscar nuevas formas de diversión…¡el libro!
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